NAVIDAD EN PARÍS
NAVIDAD EN PARIS
¡Alto!- gritó el caballero, mientras la gente apresuraba el
paso, simulando no ver ni oír algo extraño.
¡Alto cobarde! –gritó por segunda vez.
¿Qué se mete usted? -Respondió a viva voz la mujer de evidente
aspecto latino- ¡No ve que es mi marido!
El caballero que había gritado “alto” hacía apenas un
instante, quedó desconcertado. Se sintió ridículo pero aun así quiso hacer
entrar en razón a la mujer que le había respondido que no se metiera.
Pero, señora ¿Cómo se deja agredir de esa forma?
¡No me llame señora! –dijo con vehemencia la agredida- ¡Qué
sabe usted lo que yo hice para que mi marido me castigue! ¡Siga su camino y no
se meta!
El tipo musculoso que hacía dos instantes apenas, la había
golpeado, quedó estupefacto, nunca había visto a su mujer con tales agallas.
Es que usted está lastimando la sensibilidad de los
transeúntes ¡cómo se le ocurre! Dijo el caballero defensor.
¡Lárguese!–le respondió la mujer propinándole un empujón al
caballero- ¡Lárguese o lo va a lamentar!
A todo esto el tipo golpeador miraba a ambos contrincantes
indistintamente, según ocupaban la palabra… (o el grito) Aun con el puño
cerrado no terminaba de sorprenderse por la enteresa con que su mujer lo
defendía.
El caballero defensor, optó por retirarse sin dejar de
mirarlos con los ojos desorbitados por la sorpresa, mientras se arreglaba la ropa que la dama
había desordenado con su zamarreo.
La gente se dispersó solemnemente simulando no haber visto
nada, apresurando el paso por aquella avenida parisina. Total, no entendían ese
idioma.
Desde la otra esquina, el caballero pudo escuchar los
cachetazos que propinaba el musculoso y los ayes de la señora… ¡perdón! de la
mujer agredida, mientras los ruidos se mezclaban con alguna lejana melodía
navideña.
Maritza
Maritza
8 marzo 2015-03-07 día internacional de la mujer.
Etiquetas: CUENTO, MARZO 2015
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